En las pasadas semanas Microsoft nos ha sorprendido con dos noticias bastante inusuales en ellos: la publicación de las especificaciones técnicas de los formatos de archivo de Office y la apertura del código fuente de sus programas.
A primera vista puede sorprender este cambio de rumbo, pero pensándolo un poco más, en mi opinión, se ve claramente la intención de Microsoft: evitar más sanciones por prácticas monopolísticas y conseguir que su nuevo formato de documento, Open XML, sea aprobado por la ISO* (a finales de marzo de 2008 se tomará una decisión).
¿Qué puede suponer para los usuarios finales esta decisión de Microsoft? En principio, son buenas noticias, puesto que los programas competidores de Microsoft Office pueden mejorar mucho conociendo exactamente cómo es el formato de los archivos de Office. Hasta ahora este conocimiento se hacía por ingeniería inversa, generalmente, es decir, adivinando o suponiendo cómo era este formato.
Si los programas ofimáticos mejoran su capacidad de tratar con los archivos de Office será algo bueno para los usuarios: no tendremos que estar "atados" a los productos de Microsoft.
En la práctica puede que este regalo no sea tan bueno: ahora Microsoft tiene la excusa perfecta para embrollar a voluntad sus especificaciones sin poder ser acusada de monopolista, puesto que, a pesar de ser públicas, estas especificaciones son tan complejas y extensas que pocos desarrolladores o companías podrán implementarlas con la rapidez necesaria para no perder usuarios. Por otra parte, si todos los productos ofimáticos fuesen capaz de tratar con el formato de Microsoft, esto supondría la desaparición total de otros formatos (en realidad esto ya es casi así: pocas personas conocen otros formatos que no sean los omnipresentes .doc, .xsl, .ppt y familia).
En un mundo ideal, todas las compañías de software tratarían de desarrollar productos compatibles, y antes del Open XML de Microsoft ya teníamos el Open Document Format, un formato de archivos ofimáticos libre, estandarizado y apoyado por multitud de compañías y organizaciones.
*: Organización Internacional para la Estandarización
Mostrando entradas con la etiqueta ofimática. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ofimática. Mostrar todas las entradas
lunes, 3 de marzo de 2008
viernes, 18 de enero de 2008
La batalla de los formatos (3ª parte)
Hoy, formatos de documentos ofimáticos.
A finales de la década de los 80 uno de los programas más populares en todas las oficinas era el Word Perfect. Este programa era (y sigue siendo) un procesador de textos potente y muy completo que dominó el mercado. Por entonces el sistema operativo en los ordenadores personales era generalmente MS-DOS y al parecer, este programa funcionaba y se integraba muy bien con el sistema (escribo un poco de oídas, nunca utilicé el Word Perfect).
A principios de los 90, Microsoft publicó el sistema Windows y una versión de su procesador de textos, Microsoft Word, para este sistema. A la vez que Windows crecía en popularidad, Word (y la "suite" ofimática completa, Microsoft Office) pasó a ser el producto ofimático más utilizado.
En 1995 Microsoft publicó el sistema operativo Windows 95 y una versión actualizada de su suite ofimática, Office 7.0. En ese momento, ya era el producto dominante del mercado. Con el paso del tiempo, los formatos .doc (procesador de textos MS Word), .xsl (hoja de cálculo MS Excel) y .ppt (editor de presentaciones MS PowerPoint) se convirtieron en un estándar "de facto".
(Se rumorea que una posible razón del rápido éxito de los productos ofimáticos de Microsoft era la facilidad con la que se podían "piratear" estos programas. No recuerdo donde lo leí ...)
Mientras tanto, los productos competidores cada vez se utilizaban menos y sus desarrolladores se veían obligados a implementar la posibilidad de leer y escribir documentos en el formato (no documentado y propietario) de MS Office para no perder aún más usuarios. Lotus Smart Suite, WordPerfect Office, Star Office y otros productos cada vez eran menos utilizados.
Microsoft empezó a tener problemas legales a partir del año 2000 en EEUU y en la Unión Europea por abuso de su posición dominante en el mercado. En la Unión Europea y algunos estados de EEUU se empezó a considerar que utilizar como formato por defecto un producto propietario no era adecuado porque creaba una dependencia tecnológica indeseable.
Alternativas
En 2006 se aprobó por la ISO (International Standars Organization) el formato Open Document, basado en el formato interno utilizado por la suite ofimática Open Office. Apoyan este formato prácticamente todos los "grandes": IBM, Adobe, Sun MicroSystems, ...
Al ser un formato abierto y público rápidamente lo han implementado la mayor parte de programas y suites ofimáticas, excepto la suite de Microsoft (aunque existe un "añadido" para que pueda manejar este formato).
A finales del mismo año, Microsoft contraatacó presentando su propio formato de archivo ofimático, Office Open XML e intentando que también sea reconocido como estándar por la ISO. Las críticas no se hicieron esperar.
La jugada comercial parece clara: intentar que su propio formato sea reconocido como estándar para evitar problemas legales y poder seguir vendiendo su producto a organismos oficiales (un buen cliente) sin trabas.
En estos momentos el proceso de estandarización no está cerrado y Microsoft ha presionado todo lo que ha podido para conseguir que su especificación sea aceptada.
El problema es que Microsoft no ha esperado para empezar a utilizar este formato, aprobado por la ISO o no. La última versión de su producto, Office 2007 ya utiliza este formato por defecto (totalmente incompatible con versiones anteriores de Office).
La próxima vez que envíe un documento creado con Word 2007, observe si la extensión es .docx. Si es así, es muy probable que el receptor de este documento no lo pueda abrir si no tiene la última versión de Office (1). Creanmé: no todos usamos el MS Office ni mucho menos, su última versión.
(1) Casi todos los programas alternativos a Word pueden manejar el formato antiguo, el .doc de siempre, pero el nuevo .docx todavía no.
A finales de la década de los 80 uno de los programas más populares en todas las oficinas era el Word Perfect. Este programa era (y sigue siendo) un procesador de textos potente y muy completo que dominó el mercado. Por entonces el sistema operativo en los ordenadores personales era generalmente MS-DOS y al parecer, este programa funcionaba y se integraba muy bien con el sistema (escribo un poco de oídas, nunca utilicé el Word Perfect).
A principios de los 90, Microsoft publicó el sistema Windows y una versión de su procesador de textos, Microsoft Word, para este sistema. A la vez que Windows crecía en popularidad, Word (y la "suite" ofimática completa, Microsoft Office) pasó a ser el producto ofimático más utilizado.
En 1995 Microsoft publicó el sistema operativo Windows 95 y una versión actualizada de su suite ofimática, Office 7.0. En ese momento, ya era el producto dominante del mercado. Con el paso del tiempo, los formatos .doc (procesador de textos MS Word), .xsl (hoja de cálculo MS Excel) y .ppt (editor de presentaciones MS PowerPoint) se convirtieron en un estándar "de facto".
(Se rumorea que una posible razón del rápido éxito de los productos ofimáticos de Microsoft era la facilidad con la que se podían "piratear" estos programas. No recuerdo donde lo leí ...)
Mientras tanto, los productos competidores cada vez se utilizaban menos y sus desarrolladores se veían obligados a implementar la posibilidad de leer y escribir documentos en el formato (no documentado y propietario) de MS Office para no perder aún más usuarios. Lotus Smart Suite, WordPerfect Office, Star Office y otros productos cada vez eran menos utilizados.
Microsoft empezó a tener problemas legales a partir del año 2000 en EEUU y en la Unión Europea por abuso de su posición dominante en el mercado. En la Unión Europea y algunos estados de EEUU se empezó a considerar que utilizar como formato por defecto un producto propietario no era adecuado porque creaba una dependencia tecnológica indeseable.
Alternativas
En 2006 se aprobó por la ISO (International Standars Organization) el formato Open Document, basado en el formato interno utilizado por la suite ofimática Open Office. Apoyan este formato prácticamente todos los "grandes": IBM, Adobe, Sun MicroSystems, ...
Al ser un formato abierto y público rápidamente lo han implementado la mayor parte de programas y suites ofimáticas, excepto la suite de Microsoft (aunque existe un "añadido" para que pueda manejar este formato).
A finales del mismo año, Microsoft contraatacó presentando su propio formato de archivo ofimático, Office Open XML e intentando que también sea reconocido como estándar por la ISO. Las críticas no se hicieron esperar.
La jugada comercial parece clara: intentar que su propio formato sea reconocido como estándar para evitar problemas legales y poder seguir vendiendo su producto a organismos oficiales (un buen cliente) sin trabas.
En estos momentos el proceso de estandarización no está cerrado y Microsoft ha presionado todo lo que ha podido para conseguir que su especificación sea aceptada.
El problema es que Microsoft no ha esperado para empezar a utilizar este formato, aprobado por la ISO o no. La última versión de su producto, Office 2007 ya utiliza este formato por defecto (totalmente incompatible con versiones anteriores de Office).
La próxima vez que envíe un documento creado con Word 2007, observe si la extensión es .docx. Si es así, es muy probable que el receptor de este documento no lo pueda abrir si no tiene la última versión de Office (1). Creanmé: no todos usamos el MS Office ni mucho menos, su última versión.
(1) Casi todos los programas alternativos a Word pueden manejar el formato antiguo, el .doc de siempre, pero el nuevo .docx todavía no.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)